Francesco
Siempre ha mostrado una sorprendente pasión por la pintura, dando vida a obras expresivas e inmediatas. Pinta sólo con óleo y espátula, sin pensar demasiado, todo de una vez, sin pensárselo dos veces. La inspiración proviene de maestros como Caravaggio, Basquiat, Richter y Warhol: esto se refleja en una fusión de elementos clásicos y contemporáneos.
Su arte, impregnado de un fuerte parroquialismo modenés, intenta añadir un toque personal y local a los temas populares. Tras la corona de laurel académico y una vida laboral como jurista, encontró en la pintura un auténtico cauce expresivo. Trazos repetidos de espátula, ya concentrados en un detalle o en un perfil, ya más extendidos y alargados, para canalizar sobre el lienzo una vibración que descompone lo que normalmente percibe el ojo humano en un equilibrio inédito y visceral.
No busca la perfección de lo particular, aunque sea inteligible en una farola o en un escrito, sino la emoción manual de la mancha, de la asimetría no buscada y sin embargo tan preciosa en una era de estandarización digital.
La combinación de habilidades jurídicas y artísticas contribuye a una perspectiva singular, haciendo de las obras que crea una fascinante combinación de tradición y modernidad, que tiende un puente entre su mundo profesional y su creatividad innata.